Nuestro último día de clases juntos

Era una mañana como cualquier otra en la secundaria #99 “Margarita Maza de Juárez”. El sol brillaba y el aire fresco anunciaba el final del ciclo escolar. Los alumnos nos reuníamos en la entrada, impacientes por el toque de campana que daría inicio al último día de clases.
Entre la multitud, el grupo de 3° E destacaba por su peculiar forma de saludarse. Nos dábamos la mano y luego un abrazo, un gesto que se había convertido en nuestra seña de identidad. Era una costumbre extraña, considerando que apenas teníamos 14 o 15 años, pero así éramos nosotros.
En el ambiente se sentía una mezcla de alegría y nostalgia. Todos sabíamos que este era el final de una etapa, que después de ese día no volveríamos a estar juntos en la misma aula. Nadie lo decía en voz alta, pero la tristeza se reflejaba en nuestros ojos.

Con el paso de los días, habíamos experimentado una unión que trascendía los lazos de amistad. Ya no nos llamábamos por nuestros nombres o apodos, ahora éramos “COMPAÑEROS”, con mayúscula. Esa palabra encerraba un significado especial, un sentimiento de pertenencia y camaradería que nos hacía sentir orgullosos de formar parte del grupo 3° E.
La Muerte de un Compañero
La noticia de la muerte de Enrique Camargo nos golpeó como un balde de agua fría. Dos días antes, Enrique había ido de excursión a un río y se había ahogado. Su ausencia dejó un vacío en el grupo y tiñó de tristeza nuestro último día de clases.
A pesar del dolor, nos hicimos fuertes y nos unimos aún más. Decidimos que la mejor manera de honrar la memoria de Enrique era seguir adelante y celebrar la amistad que nos había unido.
Ese día, nos tomamos una foto grupal para recordar nuestra generación. En la imagen, faltaba Enrique, pero su espíritu estaba presente en cada uno de nosotros. Esa foto se convirtió en un tesoro invaluable, un testimonio de nuestra amistad y un recuerdo de aquellos días felices en la secundaria #99.
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Así me defendieron mis COMPAÑERAS
Ya no busques a tus Amigos… Haz que ellos te encuentren.